La realidad supera a la ficción. Un grupo de estudiantes de física de la Universidad de Leicester (Gran Bretaña) han demostrado con un experimento que, de en el caso de que fuera real, con su poderosa telaraña, Spiderman es capaz de evitar que el convoy del metro de Nueva York caiga por los muelles de la ciudad. La escena ocurría en la última película del hombre araña que utilizaba su potente malla y sostenía los coches del suburbano de la gran manzana antes de que estos pudieran caer al mar.
La investigación, más curiosa que práctica, ha aparecido en la revista Journal of Special Physics Topics, que cada año publica la Universidad de Leicester con los trabajos más interesantes y creativos de los estudiantes.
La escena del segundo film del héroe arácnido no sería, según los estudios de estos universitarios, una ‘fantasmada’ más del celuloide. En el mundo real, la red de Spiderman salvaría a los inocentes pasajeros y evitaría una catástrofe de dimensiones casi bíblicas. El estudio es concluyente: una telaraña como las que describe el cómic llevado a la gran pantalla podría verdaderamente detener el metro antes de su mortal caída.
Los universitarios decidieron calcular la fuerza necesaria para detener cuatro coches del metro neoyorkino, utilizando variables como el impulso del tren a toda velocidad, el tiempo que tarda en detenerse tras chocar con la telaraña y la fuerza motriz del vagón accionado. Tras los cálculos efectuados, los estudiantes concluyeron que la telaraña de Spiderman ejerció una fuerza de 300.000 newtons sobre el tren, estableciendo una rigidez 3.12 gigapascales, algo que es muy razonable para las telas de arañas tejedoras, cuya resistencia va de 1.4 a 12 gigapascales.
Respecto a la dureza de la seda, se calculó que sería cercana a los 500 megajulios por metro cúbico, algo muy semejante a la que tiene la araña ladradora de Darwin, que produce una de las telarañas más grandes del mundo. Los estudiantes llegaron a la conclusión de que la telaraña de Spiderman es un equivalente proporcional al de una araña real y, en consecuencia, sí sería posible que detuviera un tren en movimiento.
Está demostrado científicamente que las fibras de seda de araña son mucho más resistente que un cable de acero de similar grosor y muchísimo más elásticas, ya que puede estirarse hasta el 135% de su longitud original sin romperse. Esta seda también es tres veces más resistente que las fibras sintéticas más avanzadas que hoy se conocen, y hasta ahora no se ha logrado producir nada parecido.
La seda de araña está compuesta por moléculas proteicas, largas cadenas formadas por miles de aminoácidos. Los análisis estructurales realizados mediante rayos X muestran que la fibra finalizada presenta zonas en las que varias cadenas de proteínas se entrelazan mediante conexiones físicas estables. Estas conexiones son responsables del alto nivel de estabilidad. Entre las conexiones se observan zonas no entrelazadas, que proporcionan a las fibras la gran elasticidad que las caracteriza. “La elevada elasticidad y la altísima resistencia a la tracción de la seda de araña natural no tienen parangón, ni siquiera con las fibras producidas a partir de proteínas de seda de araña pura”, expone el profesor Horst Kessler, de la Universidad Técnica de Múnich.
La producción biotecnológica de las fibras, que son más fuertes que el acero y más elásticas que el nylon, tiene múltiples aplicaciones no solo a nivel industrial, sino también biomédicas. Fibras similares a la seda formadas por espidroína recombinante, generan un material biocompatible de gran utilidad en cultivos celulares y medicina regenerativa.En la actualidad, se emplean como material de sutura quirúrgica reabsorbible y en la industria de la automoción.
Fuente: www.treneando.com
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